Cuando el intento de golpe de estado en Turquía, todo periódico y opinador político sacó su artículo sobre la situación general. La mayoría, de manera irresponsable, sacó conclusiones la misma noche, cuando aun no terminaba la intentona ni se conocían los detalles. Otros fueron prudents, esperaron dos o tres días, consiguieron datos, y publicaron cosas de más peso... pero que pocas personas leyeron, porque el inmediatismo de la sociedad actual hacen que olviden el tema de ayer por el de hace 5 minutos. El Tablero de Cronos tenía intención de opinar, pero como no lograba ver claramente las intenciones futuras del gobierno turco prefirió abstenerse. Hoy en día pocos secretos quedan sobre el golpe de estado, y las intenciones de Erdogan son más claras. Sin embargo, en los medios masivos tradicionales, sobre todo en español, no se publicó la necesaria síntesis del proceso y más bien siguen con su inmediatismo, como cuando recogen la visita de Erdogan a Rusia sin relacionarlo con el pasado, presente y futuro de su posición geopolítica. ¿Cual era el plan inicial geopolítico del gobierno de Erdogan? Erdogan, político astuto, subió al poder montado en una ola de nacionalismo y religiosidad. Usó el nacionalismo para que los militares le permitieran subir, y la religiosidad para captar el voto de amplios sectores populares. Sin embargo, los militares no eran religiosos, estaban más bien comprometidos con el estado secular promocionado por su principal héroe moderno, Atatürk. Erdogan, líder absoluto de su partido, es fiel a sus ideas de campaña... siempre que le sirvan para aferrarse al poder. Y quien tenía poder eran los militares, de modo que de principio dejó sus promesas de meter leyes sacadas de la Sharia islámica en la sociedad. Las apoyaba en público, pero alegaba que occidente, la Unión Europea, le exigía no aprobarlas si querían ser admitidos dentro de la Unión. La queja de Erdogan era cierta, pues efectivamente la UE hacía tales advertencias, pero el principal factor fueron los militares turcos, dispuestos a actuar para impedir la islamización de la sociedad.
Aprendiendo del imperio: si falla el dinero, usar las armas. Perdiendo poder económico, decidió la oligarquía turca usar lo que le llegaba gratis: la desestabilización de Irak y Siria. Tal vez no sería europa, pero sí podía convertirse en el país estable que serviría de tapón entre el caos y los acomodados europeos. Y para atajar el caos de seguro que nadie se molestaría si se imponía a los vecinos. Pero ojo, que no querían, ni podían, conquistar u ocupar esos países; solo le interesaba, al mejor estilo estadounidense, imponer a su gente, los que defenderían sus intereses, sobre todo en las áreas de mayoría kurda (con quienes tiene serios problemas de soberanía), e impedirían la construcción del gasoducto Irán-Irak-Siria. De modo que mandó sus tanques al norte iraquí, ilegalmente, y fue premiado por la OTAN con la promesa de no permitir de ninguna manera que los kurdos establecieran un estado en sus fronteras. Menos suerte tubieron con imponer a su gente en Irak, porque ahí ya está medio mundo y el núcleo del gobierno está en poder de Irán (otro de los principales competidores por la hegemonía en la zona). En Siria la apuesta fue más en serio y parecía más hacedera. Apoyar de manera directa e indirecta a los rebeldes en la guerra civil, para imponer un gobierno aliado que respondiera a sus intereses. Contaba con ayuda, aunque no fueran exactamente los mismos objetivos ni apoyaban a los mismos grupos, de Arabia Saudita, Catar, Jordania y algunos países de la OTAN. Quería un papel similar al que tiene hoy Irán en Irak. El gobierno sirio les dio la sorpresa resitir años, con ayuda de Irán y Libano, aunque lentamente perdía terreno y con la aparición de DAESH la derrota parecía inminente. La entrada de la aviación rusa dio un giro a la situación. Se negoció una alianza Irán-Irak-Siria-Libano-Rusia contra los extremistas islámicos, que fueron bombardeados por la aviación moderna rusa. Hoy en día ya no se habla de la caida de Assad, sino de negociar el fin de la guerra. Para colmo, los kurdos sirios, que antes de la guerra tenían cierta autonomía, formaron sus propias milicias y han sido factor de primer orden contra los rebeldes; ahora están a punto de unir todos sus poblados en un frente único al norte de Siria... y al sur de Turquía. El gobierno turco entró en pánico. Erdogan contra las cuerdas, pero bien aferrado al poder: Los militars nacionalistas turcos dieron la espalda a Erdogan, al considerar que era demasiado blando en el asunto sirio, que estaban a punto de ver un estado kurdo formado. Como aquel no podía hacer nada contra los rusos, decidió desquitarse con sus propios kurdos. Estos le habían propinado una derrota electoral que no era suficiente para sacarlos del poder, pero de todas maneras era inaceptable para la oigarquía turca. De modo que hicieron una maniobra mediática donde los acusaron de atentados terroristas y los bombardearon. Luego hicieron elecciones y volvió Erdogan a obtener clara ventaja. Pero no todo volvió a la normalidad: los kurdos dcidieron hacercelo pagar y han estado llevando acciones militares y políticas, que han provocado retaliaciones de los militares turcos, que han llegado a bombardear sus propias ciudades y han convertido centros urbanos del sur en campos de batalla. Los militares turcos, no solo los nacionalistas, empezaron a preocuparse seriamente; en vez del imperio otomano se les desintegraba el país. La economía está en ruinas y el país endeudado. Sus peleas con Rusia afectaron gravemente el turismo. Verdad que la UE le dio 6000 millones de euros por violar los derechos humanos. Fue entonces cuando un numeroso grupo intentó un golpe de estado contra Erdogan. ¡No fue un autogolpe! La cosa era real solo que... el gobierno estaba al tanto del movimiento y perfectamente preparado para abortar la intentona. No es cierto que pidiera asilo en Alemania, ni verdad que escapara "por los pelos" a un bombardeo. Controlada la situación pasó factura a los complotados. Miles de militares, gran número de oficiales, la guardia presidencial, miles de maestros, 130 medios de comunicación, más de mil jueces y fiscales pagaron con su cargo, cupables o no. ¡Hasta insinuó restablecer la pena de muerte! Pero lo que más resintió Erdogan fue no haber recibido apoyo directo estadounidense. Sabe que como miembro de la Otan que alberga misiles nucleares de EU, nada políticamente importante pasa sin el apoyo al menos tácito de EU. ¡Y se dice que hasta la base aérea Incirlik, donde se guardan dichas bombas y está controlada por EU, decidió aislarse! Lo normal, porque a fin de cuentas es base turca, es que apoyara a su gobierno. Más vueltas que un trompo: Renegando de sus militares, en los que se apoyó al principio, y enojado con EU, decide comerse su orgullo, pedir perdón a Rusia y restaurar relaciones. Regresan los planes rusos para un gasoducto en el sur, obliga a Turquía a aceptar el gobierno sirio y desistir de apoyar a los rebeldes. Y finalmente, lo fuerza a hablar con Irán sobre el futuro de Siria y aceptarlo como fuerza regional. A cambio, Erdogan consigue apoyo geopolítico importante, la promesa de Rusia para interceder sobre el destino de los kurdos sirios (autonomía limitada), e insertarse en el eje que va desde Irán hasta Libano. Si todo sale bien, Turquía tendrá su gasoducto desde Rusia camino a europa, y será una de las terminales del "nuevo camino de la seda" chino. Irán, Iraq, Siria verán su gasoducto también, si logran eliminar a los extremistas lo suficiente para que la vía sea estable; además deja a los saudíes contra el eje chiita. Rusia asegura sus bases en Siria, y que en la práctica Turquía, único miembro de la OTAN en medio oriente, no responda automáticamente a EU. Todos son golpes geopolíticos de importancia. Solo que... Erdogan es realmente muy inestable, tirano e indigno de confianza. Todos los bandos lo saben, de modo que el juego no termina.
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Octubre 2020
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