Primero aclarar que Irán actualmente no tiene casi ningún poder fuera de su región inmediata. El Tablero de Cronos no se dedica al mercadeo. Sin embargo, SÍ tiene cierta importancia geopolítica que como de costumbre los medios de la zona no señalan. De hecho, se cubrió muy poco la gira del canciller iraní Mohamad Yavad Zarif, a pesar de tocar 6 países latinoamericanos. En España fue ignorado a medias. Pero esa cobertura fue hasta buena comparada con la de medios anglosajones, que sacaban grandísimos disparates sobre reclutar terroristas y fabricación de misiles. Donde sí se le dio mucha publicidad fue en el propio Irán y los países que le son afines (como El Libano). Realmente le daban mucha importancia, lo que podría ser un indicativo de que nuestra región tiene más prestigio del que suele pensarse, al menos en oriente medio. ¿Y cuales equipos participaron, quién faltó? No hubo sorpresa alguna. La presencia, digamos más activa, de Irán en la región empezó con la subida de su presidente Mahmud Ahmadineyad, musulmán convencido pero creyente en el progreso y la ciencia. También creía que su país podía tener un papel más activo internacionalmente, y buscando aliados (andaba peleado con el imperio) topó con Hugo Chávez Frías y Venezuela, único país de la región con quien tenía algo más que relaciones diplomáticas, pues ambos son países fundadores de la OPEP, y Venezuela, aunque nunca ha sido el mayor exportador, tiene gran peso allí. Por tanto aquella vez Venezuela les sirvió de guía e Irán pudo darse a conocer, y hasta realizar algunos pequeños proyectos en la región. La amistad política que consiguió con casi todos los países de UNASUR le permitió un respiro diplomático (y mediático) muy necesario cuando recibió las sanciones de la OTAN. En esta ocasión hicieron igual: usaron a Venezuela de enlace y por tanto de los 6 países visitados, 5 pertenecen al ALBA, unión político comercial encabezada por ellos. Estos son Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y la propia Venezuela. Para que la cosa no se vea muy política, consiguieron agregar a Chile a su gira. Chile tiene menos peso económico y geopolítico que Venezuela, pero más prestigio como país estable, que se lleva bien con los poderes occidentales. Con Bachelet tenían más posibilidad de recuperar las relaciones (increíblemente no tenían embajadores asignados desde la época de Pinochet) y le servía para demostrar que viene a negociar con todos, que es amplio de miras y no se encasilla en un grupito. Sin embargo, hay dos ausencias importantes que necesitan explicación, y daremos la nuestra: Brasil no estuvo incluido en la gira. En este caso no tiene nada que ver con Irán y sus políticas; hoy en día Brasil se encuentra políticamente paralizado y no vale la pena ir a negociar nada, llámese Irán o Inglaterra. Temer es transitorio, nada de lo firmado tiene garantía de sobrevivir a la siguiente elección, y así seguirá todo hasta que llamen a votación y elijan nuevo presidente. ¿La culpa? de la oligarquía brasileña, incapaces de mirar más allá de sus narices. Pero ya que Brasil estaba descartado de principio, podemos afirmar que el gran ausente fue... Argentina. Atención, que esto que dirá el Tablero a continuación es de su cosecha: es seguro que Irán intentó incluir a Argentina en la gira (la segunda economía más grande de américa del sur), pero no logró coordinar el asunto. En otras palabras fue rechazado. Ya que no tuvo inconvenientes de buscarle el lado a Chile, la negativa debió venir del gobierno austral. Macri aun mantiene la política de hacerle caritas a EU. ¿Pero trajo algo o vino con las manos vacías? En cuanto a dinero contante y sonante, negocios puros... ¡vino pelado! Es un decir. Vino con una comitiva de aprox. 90 personas, la mayoría empresarios, tanto del sector público como privado (medios iraníes dicen 120, otros de por acá 60). En Cuba, negocios varios, promesas, probablemente relacionados al megapuerto y zona franca de Mariel. En Nicaragua negocios pequeños y probable indagatoria sobre si el canal interoceánico se hará o no, que está muy atrasado. Ecuador, una línea de crédito por 100 millones, a emplearse en infraestructura y de seguro con la condición de usar empresas o productos iraníes. Bolivia firmó con ellos un contrato de asistencia técnica aeroespacial (no será el más avanzado, pero tiene cohetes Irán). Con Venezuela el asunto gira en torno al petróleo. Irán necesita ciertas actualizaciones después de haber estado sancionado tantos años, y Venezuela necesita dinero. Habrán hablado el estado de sus proyectos anteriores, muchos de ellos paralizados. Todo eso, monetariamente son chilatas. Negocio pequeño. Irán dice presente y regresa al campo de juego: Irán, como país petrolero, tuvo su auge a principio de los 2000, pero se vio contra las cuerdas cuando la OTAN consiguió imponer sanciones vía la ONU (en base a supuestos proyectos de armas nucleares inexistentes), y sus exportaciones de petróleo cayeron. Intentó salvarse con el consumo chino, pero la caída de los precios del petróleo la sacó del tablero mundial. No así del regional, y tuvo que meter la mano bien hondo en sus reservas para ayudar a sus tendencias dentro de Irak y Siria, bajo asedio por extremistas islámicos apoyados por las monarquías árabes y algunos países de la OTAN. No tenía un solo centavo, ni recursos humanos, políticos o diplomáticos para dedicarlos a algo que no fuera su entorno inmediato. A principios de este año, después de mucho negociar, consiguió por fin el levantamiento de las sanciones en su contra. Y debido a la actual alianza con Rusia, no pueden volver a ponerlas vía la ONU. A pesar de que los pronosticadores de occidente decían que Irán necesitaría muchos años y fuertes inversiones para recuperar su nivel de exportación petrolera anterior, Irán les ha dado un chasco: Pues bien, ahora Irán no tiene sanciones, ha recuperado gran parte de su producción de crudo y su mercado. Además las guerras en Irak y Siria han tomado un rumbo fijo y permanente a favor de sus aliados, lo que libera buena cantidad de recursos diplomáticos y económicos. El precio aun sigue bajo, pero todo indica que subirá tan pronto como principios del 2017.
¡Ha recuperado su capacidad de maniobra! Entonces, recordó el mapa geopolítico que su antecesor dejó planteado. No se lanza como loco, ni podría hacerlo, simplemente avisa que sigue vivo, y quiere verificar si siguen vivas las intenciones de latinoamérica, sobre todo américa del sur, en cuanto a diversificarse y dejar de depender del imperio. No para hoy sino para mañana, al corto y mediano plazo, dependiendo del precio del petróleo. Probablemente se llevara impresiones dispares: la intención sigue viva, pero habrá comprobado en el terreno la grave caída económica de la región, sobre todo de Venezuela. De modo que tendrá que esperar y avanzar poco a poco con sus planes. Irán quiere jugar el mismo papel que Venezuela tuvo para ellos. Quiere convertirse en el puente, el punto de entrada, el guía de los países latinoamericanos cuando vayan a medio oriente. Quiere intercambio comercial, quiere intercambio cultural. Que cuando giremos hacia medio oriente, lo veamos a través de sus ojos. ¡Ese es su proyecto atrasado! ¿Parece poca cosa, verdad? Tal vez, pero en geopolítica hay que pensar al largo plazo. Las monarquías árabes nos desdeñan, mientras que Irán decidió apostar por nosotros, a que nuestro peso económico y político seguirán aumentando de tal manera que sus esfuerzos de hoy se verán recompensados pronto. Y cuando llegue ese momento, latinoamérica hará lo que mejor le parezca, pero de seguro tomará en cuenta a quien más trató con nosotros.
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Octubre 2020
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