La geopolítica del petróleo, divertidísima, es tratada por muy buenos analistas que le dan la importancia que merece, ¡y a veces hasta sale en los medios masivos (casi nunca en español)! Lamentablemente tienden a enfocarse en medio oriente por razones entendibles: es mucho más inestable y se encuentra al alcance de varios centro de poder, que apuntan hacia allí sus oleoductos. Nada, hagamos como que nos olvidamos y pasemos a nuestro petróleo.
¿Qué tan importante es el petróleo latinoamericano para la geopolítica mundial? La gráfica señala y lo repetiremos, que suramérica tiene la segunda mayor reserva de petróleo del mundo, solo superado por Medio Oriente. Y aun no están contabilizadas las reservas en las franjas de esquisto, en las que Argentina tiene gran potencial. Las guerras del petróleo se han mantenido lejos debido a que desde siempre nuestra producción ha estado cautiva y dirigida hacia el mercado occidental. Para consumo estadounidense. Los problemas y luchas han sido por el nivel de ganancias que los países querían, y la capacidad para controlar ese flujo de ganancias; a los centros de poder les molesta, pero no lanzan una guerra por calderilla. La respuesta general en américa latina ha sido controlar la producción mediante gigantes compañías estatales, a veces compitiendo con otras empresas privadas, a veces asociadas a estas, y el caso de México, que hasta hace par de años tenía el monopolio con su compañía nacional PEMEX. No siempre fue así, y hace tan poco como los 90, época del "Consenso de Washington", algunas de estas compañías fueron privatizadas, como las de Argentina y Bolivia, para luego ser estatizadas otra vez durante la "década dorada" de América del sur. A pesar de todas las décadas de tira y jala, con expropiaciones y ventas, el mercado al que estaban dirigidos nunca estuvo en peligro. Un poco más barato, un poco más caro, los buques petroleros seguían partiendo hacia el norte. En eso se diferencia de Medio Oriente, que un día hizo boicot por la invasión israelí a Palestina. Esa década dorada... Convengamos en que el nombrecito es mercadeo. Pero la descripción tiene de donde agarrarse, y fue recogido por la mayoría de medios occidentales aunque sea para criticarla. Debido a la peculiar fortaleza de los países de suramérica en esos años (2000-2010 más o menos), hubo muchas movidas petroleras intentando aprovechar la extraordinaria alza del crudo, movimientos al mediano y largo plazo que hoy en día, con la caída de los precios en las materias primas, afectan a los países de diferentes formas.
Finalmente, la integración energética. Llamaremos así al proceso por el cual hay venta y mercado de productos energéticos entre países de la zona. Normalmente se considera tal cuando se hace vía oleoductos o gasoductos, y en el caso de suramérica está mucho más desarrollada la transferencia de gas que de petróleo. Bolivia tiene en planes convertirse no solo en exportador de gas sino de energía, pero mientras tanto es el principal suministrador de gas natural de Brasil y Argentina; y en menor medida exporta a Perú y Paraguay. Venezuela suple hidrocarburos a Colombia y tenía planes de hacer lo mismo con Guyana y Surinam. Argentina quiere poner tuberías desde Chile a la costa atlántica, y suministrar a Uruguay. Al mediano y largo plazo, es probable que la mayor parte de ductos se dirijan a Brasil, que no es autosuficiente a pesar de estar aumentando su producción. Incluso aunque Brasil consiga autosuficiencia, con la integración esos ductos serían útiles para ahorrar costos de transporte, tanto internamente como al exterior, uniendo la costa atlántica y pacífica. Probablemente se retomen, cuando suban los precios, los proyectos de refinerías conjuntas entre Brasil y Venezuela, muy necesarias para procesar el crudo extrapesado que abunda en la región. En cuanto a México, probablemente siga vendiendo la mayor parte de su producción al norte. No espero, lamentablemente, que construyan un oleoducto hacia toda américa central.
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Octubre 2020
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