Dos notas salieron casi al mismo tiempo estos días. El anuncio sobre una nueva edición del foro en Davos, donde participan los presidentes de México, Colombia, Perú y Argentina; y la nota de Oxfam sobre la desigualdad económica y cómo ha crecido justamente en estos años de crisis económica global. Lo que se decide en Davos, hasta donde puedo ver, no es geopolítica real, pues nada está en juego. Es un grupo de comerciantes usando el formato actual de hacer negocios y política, representantes del statu quo. Hoy en día, las decisiones sobre las reglas de juego hegemónico se discuten en el G-20. A Davos va, quien a Davos necesita ir. O sea, quien quiere mercadearse. Muchas declaraciones sobre las bondades del mercado y libertad del capital. Algunos negocios firmados, otros en fase de idea. Que el medio ambiente es un asunto chulo. Y la desigualdad un tema interesante. El CEO de google y el gerente de tal dijeron... Más nada. OXFAM pone números a la mentada desigualdad. Sacó su declaración justamente en vísperas del foro de Davos,
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Pues hubo elecciones, y se rumora que cambian las tendencias. ¿Juegan realmente al ajedrez o aun piensan la movida? Con un mes es difícil asegurar nada y usualmente es una pérdida de tiempo ser tan cortoplacista, pero ¡eah!, que fue más de una docena de años con un mismo grupo, y la oposición debe estar ansiosa de por fin gobernar y cambiar lo que no le gusta. Podrán ver un poco de lo ocurrido (según mi perspectiva y opinión personal) aquí: http://jhrcronos.weebly.com/jugadas-de-geopoliacutetica/cambios-de-tendencia-en-america-del-sur El ser humano ha tenido compañero biológico desde aproximadamente 40 mil años. Donde hay humanos hay perros, y donde fueron los humanos han ido canes. Un día se quizo ir al espacio y se mandó una perra por delante. Se le preparó su equipo... pero las cosas fueron de otra manera. Personalmente, donde dicen Yuri yo pienso en Yuri y Laika. Como la imaginación es libre, y a los héroes hay que cantarles, escribo una pequeña historia de cómo me gusta interpretar ese último acto, de la heroína Laika. Aquí está. Pues es hora de trabajar en el blog, que demasiado tiempo lo he retrasado. Me había resistido a meterme en el lío porque las modas suelen rebajar el valor de las cosas, y he visto muchos que empiezan con ánimo y luego se desinflan, u otros que más bien escriben diarios personales con archivo fotográfico incluido. Esos no son los asuntos con los que deseo divertirme por estos lares. Para mí, lo más divertido de todo son mis historias, mis cuentos y novelas. Tengo unas pocas, que iré publicando por aquí a medida que las termine de pulir. Casi todas salieron en la revista de relatos en línea ¡No lo Leas! Como conservo los derechos las pondré por aquí (buenos muchachos, los de ¡No lo Leas!). Un comentario sobre ellas me vale por diez de geopolítica. Sin embargo, lo más probable es que la sección de geopolítica sea mucho más popular. Discuciones de política hasta entre amigos se arma. Dicen algunos que no interpreto del todo mal las situaciones del mundo y las intenciones de los grupos de poder; creo yo que no se equivocan. Por tanto digo lo que pienso, y a veces hasta me atrevo a pronosticar sucesos, cosa que siempre genera virulencia entre los que no están de acuerdo conmigo, porque acierto más de lo que fallo. Hay otro motivo por el cual escribo sobre geopolítica: porque hasta donde he visto, hay un poco de escasés en los medios masivos en español que traten del tema de la forma que me gusta. Existen, y por poner un ejemplo, Raul Zibechi, uruguayo, sabe del tema. Lamentablemente ahora prefiere ir a lo suyo, que son los movimientos sociales y sus luchas. También el brasileño Pepe Escobar, que lamentablemente se ha radicado en eurasia y de esa región trata la mayor parte de lo que escribe ahora. Está en su derecho. También yo iré a lo mío. Me gusta la geopolítica de las grandes potencias, y también me gusta la nuestra, sobre todo la de américa del sur. Y cuando las puedo relacionar... ¡que gusto! En general, estoy de acuerdo con los derechos humanos de la ONU (tienen sus ambigüedades), y apoyo esa idea de que la utopía sirve para avanzar. Nunca creí en el "fin de la historia" (idea popular cuando era niño). Detesto la censura. Ah... tal vez alguno se extrañe de ver imágenes tipo ánime en temas supuestamente hablados en serio, pero yo no veo problema alguno. Tengo mis preferencias en cuanto a arte, como todos. Sirva esto como carta de intenciones. |
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