En ciencia, una cosa debe demostrarse con la práctica. Sin la prueba empírica, aun es especulación. Para quien intenta hacer análisis social, o en este caso un simple análisis de la realidad objetiva de asuntos que no controla, la cosa no es tanto demostrar algo sino predecir; acertar en algo que aun no sea de conocimiento general, ya sea por información especial que ha recibido o por lograr deducir algo usando la cabeza. El 20 de marzo, en este artículo sobre Brasil, el autor de la nota afirmó que Dilma Roussef, en ese momento aun presidenta en funciones, era quien realmente apoyaba, en general, la lucha anticorrupción en el país; y eso a todos los niveles, incluyendo su propio partido. Y que sus principales opositores, especialmente el expresidente de la cámara de diputados Eduardo Cunha(hoy separado del cargo y bajo juicio) intentaban destituir a Dilma tratando de disfrazar y luego diluir sus propios actos dolosos. Desde marzo ha corrido agua: Dilma fue separada del gobierno de manera transitoria y espera juicio, mientras que su vicepresidente Michel Temer, que la traicionó políticamente, formó gobierno e impuso toda una nueva red de ministros y ministerios. Y ya estaban felices, ya cantaban salmos, hasta que apareció un grupo de nuevos audios, pero del tipo que no mandó a gravar el fiscal Moro. Primero cayó el senador Romero Jucá, puesto para el Ministerio de Planificación y de los principales apoyadores del juicio a Dilma. Esa ficha a su vez está acusado de corrupción, pero Temer lo puso como quiera y le sacaron un audio donde muy serio comentaba como había que sacar a Dilma y poner al vice para diluir las investigaciones anticorrupción, que desangraba su partido político. Al tipo lo suspendieron aunque él negaba, pero como querían usar la semántica para defenderse, les sacaron otro audio, que se cargó otro ministerio: Fabiano Silveira escuchó el audio y renunció. Y es que es muy duro ser nombrado al ministerio de TRANSPARENCIA (anticorrupción) y que lo primero que te saquen sea un audio donde planificaban medidas para detener las persecuciones contra la corrupción. ¡Más chulo que es así, con el corrupto encargado de velar su propia corrupción! ¿Y con quién hablaba Fabiano? Pues con el actual presidente del senado brasileño Renan Calheiros, hombre que impulsó a toda costa el juicio a Dilma en el senado, y con otro corrupto más, exsenador Sergio Machado, que al parecer ahora canta más que Plácido Domingo, con tal de recibir una reducción de condena. Así que, salvo nueva información que llegue, anotaré como un indicio de buen análisis el haber acertado tan a las claras en este punto. Simplemente hay que tener buenos ojos y algo de experiencia.
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