¿Por el asunto Cataluña? Sí. Pero no será esto un resumen noticioso, que hay mucho en los medios masivos. El Tablero de Cronos quiere enfocarse en los aspectos "justicia, motivación, razones, legalidad, realidad" que según le parece, han sido tratados con muy poca lógica, contextos equivocados, estrechés mental y poco cálculo geopolítico. Nota: Este artículo empezó a escribirse antes de la declaración de independencia catalana. Se agregará algo sobre ello al final. Democracia e independencia: Existe la mentira, muy creída por los que llaman "hypsters" o los que se creen "millenials" intelectuales, de que una independencia debería ser refrendada por una muy amplia mayoría de la población para que sea válida o pueda triunfar. Eso casi nunca ha sucedido. Salvo en el caso de Haití, en las demás repúblicas americanas había un fuerte sector que no quería la independencia. Vargas Llosa, que no gusta de Perú, ha hecho notar con algo de agudeza que el ejército "peruano" era el realista, el que defendía la colonia española, mientras que el independentista tenía gran componente de extrangeros. ¿Dónde estaba la mayoría? En casi ningún lado se hizo referendo alguno o similar ni podía haberse hecho. En ninguna parte se preguntó a la población autóctona original; aunque lo más probable es que efectivamente los independentistas fueran mayoría y por eso ganaran a pesar de controlar recursos económicos y militares más limitados. Por si acaso: no se enfoca a los "hypster" y similares por asunto de atacar alguna tendencia de moda. Lo que sucede es que la última gran ola independentista ocurrió después de la segunda guerra mundial, de modo que los más viejos recordarán algo todavía, mientras que las ideas que las provocaron y que crearon el comité de descolonización de la ONU ya se han ido olvidando y los últimos en llegar, en general, las tienen más olvidados que los primeros. En el caso Cataluña, son muchos los que creen que un asunto tan importante debería ser votado por toda la población de España. Eso es una tontería, y ninguna república americana hubiera alcanzado su independencia de haberse celebrado un referendo donde participara la población de las metrópolis, que eran mayoría aplastante. La decisión sobre la INDEPENDENCIA de una población que la desea atañe exclusivamente a esa población, que tendrá que cargar con las consecuencias de lo decidido. Consecuencias que incluyen las medidas que tome su metrópoli para impedir tal cosa. Saltará quien diga que el Tablero hace mal tomando ejemplos de hace 200 años, que el contexto es totalmente distinto. A esos les diremos que el contexto es distinto pero los humanos no. La forma y ejecución cambiará pero el fondo, las ideas del grupo humano, perfectamente puede tomarse de ejemplo. Hace 200 años américa se independizó, y hubo un coste grave. Grandes pérdidas económicas, pérdidas de mercados. Bienes materiales quemados y destruidos. Pérdida severa del andamiaje social, de los sistemas burocráticos, del aparato de justicia, de respeto a la legalidad y autoridad. Finalmente, costó sangre... la sangre de muchos miles. Hoy Cataluña quiere independizarse, y quien espere que no tendrá pérdidas no sabe donde está parado. Pero, como el contexto cambia, nadie espera sangre esta vez. La batalla será económica (¡ya ha empezado!). Y aun así... habrá violencia. Si intentan ejecutar su independencia, habrá violencia, pues deberán apoderarse de todo el aparato gubernamental de la provincia, hoy en poder del gobierno de Madrid. Y eso debe hacerse por la fuerza, salvo que Madrid decida retirarse voluntariamente y ya Rajoy dijo que nunca lo hará. El "costo-beneficio" del que solo quería ser popular: Dentro de España hay un sector que se ha enfocado en demostrar que Cataluña, de las regiones más ricas de España, terminaría con una caída catastrófica en su PIB, de sus industrias y de su poder adquisitivo. Bueno, ¡que serían pobres! Los medios masivos españoles han recalcado la cuestión, y llevan bien la contabilidad de las centenares de empresas que ya han mudado su "sede" (no las empresas reales, sino su domicilio legal, en los papeles, donde pagarán sus impuestos) incluso antes de ser efectiva la independencia. Cuentan con que a los europeos en general les duele mucho el bolsillo, más que a los latinoamericanos. En resumen, un chantaje económico. Realmente la táctica es efectiva (no determinante) pues todo gobierno, más el de un estado nuevo, necesita recursos para pagar su burocracia, resistir las embestidas de sus opositores, comprar recursos y voluntades en el extranjero, y en resumen, ganar amigos e influir sobre las personas. Estos recursos normalmente provienen de la oligarquía de la región que apoya la causa independentista. La población normal también aporta, pero recursos de golpe, en masa, depende de los grandes negocios de la zona. Al atacar estos puntos, ya sea bloqueando sus negocios, fuentes de financiamiento o hasta seduciendo a los sectores con mayores ganancias si cambian de bando, el gobierno independentista se ve acorralado sin medios para la acción. Es normal que suceda la guerra económica, y nadie siendo responsable puede esperar lo contrario. Al corto plazo de cualquier país que se acaba de independizar, le espera una bajada de indicadores económicos y de calidad de vida (salvo extraños fenómenos, como que te apoye el imperio). Un pueblo que no esté dispuesto a sufrir esta etapa no merece la independencia. Hoy en día sin embargo, no se esperan caídas desastrosas de nivel de vida. El mundo de los negocios está hambriento de mercados y Catalunya es una región rica. A mediano plazo rebotará y recuperará un poder económico aceptable. Muy diferente fue en el pasado, donde al pobre Haití se le tuvo aislado por más de una década, y tuvieron que pagar su peso en oro para que Francia reconociera su independencia (cosa que el Tablero de Cronos no le hubiera recomendado). Por no hablar del vaticano, que nos tuvo excomulgados por décadas. Legalidad, justicia, razones y soberanía: Hasta donde conoce el autor de esta nota, lo de Catalunya es ilegal de acuerdo a la constitución española, que no admite ni siquiera referendos que puedan dar lugar a divisiones y es comprensible. Sin embargo... es inútil argumentar en base a ello. La independencia de un país solo atañe a la gente de ese país. Ninguna de nuestras independencias americanas fue "legal". Las hicimos por la voluntad general de los pueblos etc. Una vez que el pueblo decide ser independiente, toda la legalidad se va al traste, pues el pueblo es soberano. Con esto no decimos que un pueblo debería olvidarse de toda la legalidad nacional o internacional, sino que si le da la gana podría hacerlo, cosa que el Tablero de Cronos no recomienda. Sobre Justicia, conviene saber: que hay lo que hoy día se conoce como "justicia" y que no es más que la administración de la legalidad vigente; y otra justicia más abstracta que depende de lo que un grupo de personas culturalmente cree y razona que es justo. Y la primera debería tender a parecerse a la segunda, en una región dada. Todo se nos vuelve una vaina entonces, porque vendría a resultar que todo es relativo. ¿Lo es? ¡Niega el Tablero tal cosa! El que no sepamos determinar, por ahora, donde está la justicia absoluta no quiere decir que no exista. Mientras tanto, trabajar con lo mejor que se tiene. Razone cada quien y decida. Decida un grupo. Si de casualidad se les ocurre hacerse independientes, entonces tomen una decisión soberana y aténganse a las consecuencias, que eso no es un juego y les puede pesar mucho. ¿República Catalana? Ya Cataluña hizo su declaración de independencia. ¿Tiene validez tal cosa? Se dice que la validez la da el reconocimiento internacional. El Tablero de Cronos opina distinto: que la validez la dará el triunfo de ella, medida por su permanencia. Mientras tenga un gobierno autónomo funcional administrando el territorio o parte de él, formando un "estado nación", entonces es válida. Conseguido eso, el reconocimiento internacional iría llegando con el tiempo. Este tiempo dependerá de la fuerza de la metrópoli de la cual se independizaron y de su voluntad de retenerla. En cuanto a si actuaron "de buena fe"... pues para eso habría que conocer al dedillo el caso. Hasta donde sabe este autor, habían estado pidiendo un referendo por muchos años y el gobierno central siempre se lo negó, con la excusa de que la constitución lo prohibía y que debía buscar mayoría absoluta reforzada si quería cambiar la constitución. Como los catalanes, incluso si votaran al 100% por ella no conseguirían tal mayoría, en la práctica les era imposible conseguirlo, salvo disposición del gobierno central mismo. Sus gobernantes decidieron no esperar más y hacer todo por su cuenta. De modo que, aunque probablemente todo se hubiera podido hacer mejor, la actuación de los independentistas le parece aceptable. Existen dos temas que por responsabilidad, no puede dejar de tocar el Tablero. El problema demográfico, y las intenciones de la oligarquía. Es un hecho que Cataluña ha estado recibiendo un flujo de inmigrantes desde el resto de España. Es un hecho que el porcentaje de personas que utiliza el idioma catalán de nacimiento disminuye lentamente, así como los que saben usarlo completamente. Entre los nacidos en cataluña con más de dos generaciones de familiares oriundos también allí, el porcentaje a favor de la independencia se dispara considerablemente (el autor ha visto las tablas, en catalán, pero no las tiene a mano. Quien quiera no le crea). Como porcentualmente su base de apoyo disminuye, para los independentistas es un imperativo actuar lo antes posible, cuando aun pueden aspirar a conseguir los votos. Hemos llegado al papel que la ambición tiene en todo esto. Un grupo de la población de España y de Cataluña creen que los dirigentes de ambos bandos son simple oligarquía corrupta, timadora, aprovechada, que intenta mantener su posición de privilegio o aumentarla. Y podemos apostar con seguridad a que hay mucho de eso. Pero, ¿la mayoría? ¿Es la independencia solo un medio para más beneficios económicos? Quienes piensan así pueden tomar por ejemplo, de nuevo, las independencias americanas. Mucha de su oligarquía, y de los agentes extranjeros que la favorecieron, tenían la mirada puesta en el fin del monopolio español sobre los recursos naturales de América, la disminución de los tributos, aumento de la eficacia burocrática, rapidez de los envíos, solidez de las monedas etc. Estas cosas son innegables. Pero al mismo tiempo, podemos decir con toda seguridad que así no fue que se vendió a la población general la idea de independencia. No le dijeron que ahora el hacendado tal y el latifundista mengano podrán vender a Inglaterra un poco más caro; le dijeron que ser libre era bueno, que existían unos derechos del hombre, que tenían una cultura propia diferente a la de españoles que nunca habían visto. Que las ideas del siglo de las luces sonaban muy razonables y que tener la opción de elegir y ser elegido era cosa buena. ¿Que todo eso era muy abstracto y en la práctica la cosa dejó muchísimo que desear? Cierto, pero aun así esas fueron las ideas que se vendieron, las promesas de campaña. Las razones de la independencia. A los oligarcas que buscaban dinero pocos los recuerdan. A los independentistas que pregonaban las ideas de la ilustración, se les tiene por héroes y "padres de la patria". En el caso de Cataluña también habrá líderes que piensan más que nada en el bolsillo, pero seguro debe haber los que creen realmente en independizar su cultura y nación. ¿Quienes son más? Eso no lo sabe el Tablero de Cronos. Por lo pronto la Cataluña independiente tiene todas las de perder. Carece de fuerza militar o policial. Controla muy poco de los impuestos de la región, un buen porcentaje de la población de Cataluña no quiere la independencia, ningún país extranjero le ha brindado apoyo (por ahora), y los medios masivos están con el gobierno de España, que se prepara a apresarlos y ya está nombrando suplentes. ¿Intentarán resistir? ¿Lograrán resistir? ¿Escaparán sus dirigentes? ¿La población los apoyará? Será divertido de ver.
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