Ha salido al mercado un videojuego del que seguro ya leyeron, y tal vez incluso descargaron y jugaron. Muchos medios masivos se han hecho eco de la inmensa popularidad alcanzada en tan poco tiempo, que hizo subir el valor de Nintendo más de un 100%. Y ha conseguido la proeza de superar al porno como lo más buscado en la red, cosa nunca vista, según dicen; además de superar a las aplicaciones de medios sociales para medios móviles, como Facebook, Twitter y Whatsapp. Lo novedoso (al menos así se vende) es la incorporación de imágenes virtuales al ambiente que nos rodea, con uso intensivo de las capacidades del GPS y los mapas reales disponibles. Y el resultado es... Tecnología: lo real muy atrás de lo imaginado, e incluso de lo posible. Pero es un paso, otro más, en el camino a la gran avalancha de realidad aumentada que se avecina. El paso consiste no en poner una imagen de calidad regular, con algo de sentido de profundidad, sino en haberlo masificado para el gran público. Hasta ahora la realidad aumentada venía popularizándose por medios costosos y delicados, como Google Glass, Oculus Rift y similares. Al ponerlo en un celular, dispositivo totalmente masificado, en un juego popular (confieza el autor que no ha jugado ninguno de esa serie), se consigue que la gente se acostumbre y empieze a imaginar, y aceptar... todas las posibilidades que conlleva. Pero hasta ahí. A fin de cuentas, el juego aporta poquísimo "al progreso o funcionamiento de la sociedad". Admite el autor que esa última frase es muy abstracta. Las compañías mencionadas tuvieron el acierto de confiar en los lentes como dispositivo, pues andar con el celular en la mano, o esperando algún sonido metido en el bolsillo no es la manera correcta de usar esta tecnología. Para que funcione, necesita ser masiva, invasiva, activa y estar disponible siempre. ¿Siempre no? Siempre que se desee y sea permitido. Los lentes abarcan más y a la vez son más privados. Usar las tecnologías de posicionamiento global (no solo de Gps vive el hombre) y celular de forma tridimensional. El dispositivo (sea tipo lentes o no) debe tener cierta capacidad de mapeo, de modo que con permiso del usuario pueda incorporar su habitación u hogar, y emplearlo para sus creaciones virtuales. Y quien entre necesite permiso, o no, para visualizar. Un juego puede imponer su visión aumentada de un lugar, pero si queremos algo de verdadero alcance tenemos que hacerlo multitudinario y seguro, cultural y no necesariamente juego. Implementar (los estados) un formato estándar para uso social y comunitario, y desarrollar las leyes necesarias para asegurar el espacio de realidad aumentada, tanto privado como público, así como lo hay para la propaganda comercial y la red: El "espacio personal" debe ser protegido, y mantener las zonas públicas limpias como en el mundo real. ¡Debe haber una "capa" pública de libre acceso! El sector privado siempre puede crear otras capas si le viene en ganas, pero debe existir, si se quiere avanzar, una donde tanto el usuario como desarrolladores puedan contribuir y utilizar por su cuenta, cumpliendo ciertas leyes y reglamentos que deberían ser internacionales. Y más nos vale que sean buenas leyes porque ¿quién quiere ver sus calles rellenas de correo basura y comerciales? Sin embrago, si alguien desea mostrar su perro virtual paseando a su lado en el parque, debería poder hacerlo, al igual que enseñar sus obras, dibujos, canciones, videos, esculturas... todo en realidad aumentada, tridimencional. Siempre cumpliendo límites. Y sobre la calidad del dispositivo, siempre irá mejorando, tanto en interfase como capacidad. Una advertencia: así como modernamente las agencias de inteligencia pueden localizar y espiar a los ciudadanos por celular, las posibilidades se multiplican con esta nueva tecnología, fuertemente basada en la posición exacta del individuo. El mayor limitante actual: Nuestra pobre capacidad en baterías, de almacenamiento energético. No hay vueltas que darle, hoy en día el mejor celular se descarga rapidísimo al emplear apenas unas pocas de sus capacidades. La realidad aumentada funcional y práctica exige un poco más de todo. Capacidad de almacenamiento autónomo, intercambio de información con la nube o nubes, posicionamiento, capacidad celular, reconocimiento visual, cuchucientas aplicaciones, y procesamiento de imágenes intensivo. Hoy en día el aumento de la capacidad de las baterías se ha convertido en la fruta más codiciada y se trabaja intensamente al respecto. El Tablero ha escuchado que hay avances usando multinúcleos, subdividiendo para eficientizar... pero nada extraordinario, todavía. Tomando el ejemplo de los lentes, podría pensarse en separar la unidad de procesamiento y batería de la parte óptica, para mantener su simplicidad y peso mientras el resto pasa al bolsillo, como un celular. Sería un parche estorvoso. No vale la pena especular al respecto. Los pasos ya se están dando y solo resta esperar su evolución. En cuanto a las quejas ridículas sobre causar accidentes y gente haciendo tonterías, no hay e qué preocuparse. Son entusiasmos de juguete nuevo, a lo que la gente se acostumbrará y creará nuevas reglas de comportamiento. Aunque siempre aparezcan irresponsables que tomen alcohol mientras manejan. El autor de esta nota espera resultados divertidísimos al mediano plazo.
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Diciembre 2020
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