Tarde llega este escrito, porque los hechos puntuales, los que ponen la moda, pasaron hace semanas o hasta meses. No quita el sueño tal cosa al autor y tal vez por eso no sea famoso. Además se ha escrito y pueden encontrar en la red bastante sobre el tema, tanto de los que se alegran como de los entristecidos, que es casi igual a los que no saben gran cosa y los enterados. Pero el autor vio bastante pesimismo en la notas y en cambio, viene a escribir con relativo optimismo: ha ido aprendiendo a pensar y calcular al mediano plazo (o al menos eso espera). En cuanto a las excusas... La caída no empezó realmente en el momento que seis países suspendieron su participación, eso fue solo un símbolo de la situación. Pero tratemos el símbolo, ya que fue la noticia popular. ¿Por qué dicen que se retiraron? Pues por falta de un secretario general. Y no tenían uno porque debe ser elegido por consenso de todos, y el que proponía uno de los países, Argentina, era rechazado por Bolivia y Venezuela. La culpa es de ninguno, o tal vez de todos. En toda agrupación siempre habrán diferencias y ahí está el ejemplo de la Unión Europea, que ha perdido votaciones sobre su constitución, no logra consenso nunca y hasta pierden miembros. Entre países con visión clara de su posición geopolítica, tales desavenencias nunca deberían producir rupturas ni intransigencias que afecten los objetivos mayores. La idea de que UNASUR deba tomar algunas decisiones por consenso de todos fue aprobada por todos sus miembros y se tenía como algo muy bueno. Quería evitarse la experiencia de la OEA, que llegó a avalar hasta invasiones de algunos de sus miembros por votaciones mayoritarias, o peor aun, permitir al imperio simplemente comprar votos de los países pequeños o cobrar favores políticos. Al momento de UNASUR formarse, los gobiernos autonombrados progresistas eran mayoría, de modo que países bien firmes a la derecha como Colombia vieron con buenos ojos la idea del consenso. Brasil, que es la potencia regional, quiso mostrar su buena voluntad aceptando como iguales a todos (y eso estuvo muy bien). Pero como hoy la derecha tiene mayoría, pues el consenso ya no le parece tan bueno, y en vez de buscar otro candidato (la geopolítica seria no debe depender de un nombre) aprovecharon para bloquear el organismo. Luego está el caso colombiano, que se retiró oficialmente. Dijo que se iba porque UNASUR era inoperante, y porque no actuaba contra Venezuela (petición ridícula). Pero si esas fueran sus razones, entonces hace rato debió retirarse no solo de la OEA sino de la ONU misma, pues no hay cosa más inoperante que la ONU, que no actúa no ya contra un país de la región sino contra países que llevan a cabo verdaderos genocidios, como en Myanmar (Birmania), Yemén o hasta Palestina, y eso ayer hoy y mañana. Hay quien dirá que lo de Venezuela afecta porque es el vecino, y a eso se responde que justamente como vecino no sirve desligarse del organismo regional... porque el vecino no se va a mudar, sigue ahí al ladito, y nada soluciona saliendo. Finalmente, que UNASUR iba lenta pero no sin hacer nada. Muchos proyectos hechos estaban integrados al programa de infraestructuras del organismo, como la carretera bioceánica, el tren bioceánico, el Banco de Medicamentos, la Escuela Suramericana de Defensa... Es solo que UNASUR no maneja casi dinero, lo que hace es organizar el esfuerzo general, y si los países no quieren, pues no se hace nada. Y desde el 2013 (o 2009) supuestamente nadie tiene dinero para proyectos ambiciosos. Las verdaderas causas... Triste tiene que reconocer el Tablero que son principalmente, cosas de política menuda, de posturas efímeras de los países, de buscar limosnas inmediatas que no sirven para nada. "No, que todo es culpa de la derecha"; sea, culpa de una oligarquía conservadora súper atrasada, incapaz de alzar la mirada al nuevo mundo. Pero eso significa que buena parte de nuestros países aun son así, y no una pequeña parte, pues ganaron sus elecciones. ¿Y acaso en todos los lugares no es igual, que van como péndulo entre izquierda y derecha? Tal vez, pero en países con experiencia internacional tienen una idea del papel que quieren para sí en el mundo, y como esperan conseguirlo. Por eso Estados Unidos se turna entre sus dos partidos sin que cambie nada el fondo de su política exterior, y apenas nada la interior. Igual con los europeos, y ni hablar de China, expertos en el largo plazo. No tiene que ver ni con su tendencia política, pues Japón y Cuba lo tienen claro por igual, ni con su sistema político, pues la teocracia iraní defiende tanto su papel regional como puede hacerlo la república francesa. Así pues, el actual gobierno argentino, liderado por Macri, decidió ir a buscar ayuda a EU. Originalmente apostaban a Clinton para las elecciones, pero Trump les viró la tortilla. Fueron a verlo, les ofrecieron apoyar su política para la región (puesta a punto por el Comando Sur), y esperaron ayudas económicas y políticas... que obviamente no llegaron, porque ¿para qué darles nada, si ya solitos apoyaron las políticas de Washington? Así pues, dejaron vegetar Mercosur junto a Brasil, se enfocaron en Venezuela y paralizaron UNASUR, entre otras cosas. Y no solo hicieron eso con Estados Unidos. En una muestra espantosa de política exterior mal entendida, la ministra de exteriores Susana Malcorra declaró, con el apoyo de Macri, que las Malvinas dejaban de ser prioridad, y dieron otros gestos de "buena voluntad", permitiendo viajes desde terceros puntos a las islas y desmontando la ofensiva diplomática en ese sentido. Obviamente, Inglaterra no les dio nada. ¿Por qué darles nada, si solitos ya están entregando ganancias? Y dicen que Malcorra buscaba la Secretaría General de la ONU. ¡Ridículo! Hicieron un papelón. Ahora que el gobierno está en la cuerda floja, vuelven a buscar el apoyo de Trump, que los vuelve a ignorar. Pero ya están entrampados, y perdieron cualquier ficha negociadora. El Brasil de Temer al menos se dio cuenta muy rápido que en Estados Unidos no tenía nada que buscar. Al principio hizo igual que Argentina, y buscó apoyos en EU. Traicionó los planes geopolíticos muy activos de Brasil, sus aspiraciones como potencia regional, su proyección en el BRICS y renunció a ser cabeza de uno de los polos del nuevo mundo. La verdad es que es un incompetente que sabe que lo es, de modo que renunció a todo y se enfocó en su lucha interna. Lucha que va a favor de la oligarquía de Sao Paolo, el gran capital y en contra de lo que sea. Y eso incluye abandonar la integración de Brasil hacia el oeste y el norte, pues les conviene mantener el sistema que viene desde la colonia de que los productos de su gran territorio deban salir, y ser controlados, por las ciudades costeras del sureste. También tienen miedo, dicen, del comercio chino que llegaría desde el pacífico. Por eso un proyecto tan ambicioso como el ferrocarril transoceánico ha tenido que ser llevado por Bolivia, un peso ligero de la región, buscando financiamiento en europa y asia, que por Brasil, en otros tiempos capaz de hacer la inversión por su cuenta. De todos modos, al menos ya no irán activamente contra otros países de la zona. Se dieron cuenta que no había ganancias económicas, aunque mantendrán su postura inicial para evitar el costo político; al menos hasta las siguientes elecciones. Pero quien realmente decidió apostar contra UNASUR es Colombia. Su oligarquía es de las más retrógradas, pues nunca pasó por la fase de cambio de sistema y reforma agraria que hubo en la mayoría de países de la región. Al parecer quien iba a realizarla era Eliécer Gaitán, y fue asesinado antes de las elecciones. Después de eso surgió la guerrilla, que fue excusa de la derecha para acabar con generaciones de dirigentes populares, arrebatar más tierras a los campesinos, y propagar la idea de que toda la izquierda era sinónimo de guerrilla. Están opuestos al proceso de paz, y justo ahora están trabajando con ahínco en desmontar todo lo negociado con los grupos armados para conseguir la paz. No tienen miedo alguno porque a fin de cuentas, ya la guerrilla entregó las armas y pueden controlar su penetración política vía asesinatos por cientos. Sin embargo, aun temen al frente externo. No olvidan que durante la década dorada de suramérica se vieron solos, obligados a seguir el ritmo de la integración. Saben que Brasil y Argentina pueden cambiar de políticas muy pronto, y que Venezuela ha logrado sortear lo peor de su crisis. De modo que pactaron con la OTAN. La OTAN es un organismo de guerra de las potencias occidentales, culpable de varios crímenes según derecho internacional y crímenes de lesa humanidad. La unión no es total, lo hace en calidad de "socio global", que significa que no se le pedirá demasiado dinero y compras de armas de la OTAN, pero sí se le exigirá apoyo diplomático a sus invasiones, una representación simbólica militar, y lo más importante, permiso para usar y construir bases militares en Colombia. Estados Unidos ya las tiene, pero es más fácil sacar las estadounidenses, en caso de ganar un hipotético gobierno contrario a EU, que sacar las de un organismo internacional, con la presión diplomática de occidente encima. La oligarquía colombiana ancla así su destino al de la hegemonía actual, y esperan que estos los respalden y protejan en caso de que por algún motivo perdieran por fin el gobierno del país. No es cierto que busquen defensa contra amenazas externas, buscan defensa contra los que amenazan su poder dentro de Colombia. A esa gente no le interesa en lo más mínimo convertir América del Sur en un polo geopolítico independiente para el cambio hegemónico que se avecina en la siguente década. Solo miran su bolsillo. El Tablero cumplirá el deber de advertir que a la OTAN se la suda hasta que Ash crezca la oligarquía colombiana. Mientras sean útiles, los usará, y cuando no lo sean, se olvidará de ellos inmediatamente, pactando con sus opositores o con quien sea. A ellos lo que les interesa es Brasil. Tener bases militares y de control aéreo sobre la región amazónica de Brasil, y de paso, de Venezuela, Ecuador, Perú y el canal de Panamá. Colombia tiene costas en el Pacífico y el Atlántico, que es una posición privilegiada. Hay algún vivo que dirá: "Aprovechemos la hegemonía estadounidense ahora, y cuando lleguen los asiáticos, simplemente cambiamos de bando". Bueno, para el bolsillo puede servir, porque Asia no rechazará a quien se le entregue, aunque haya sido antes su crítico. Pero no solo de pan vive el hombre. El Tablero de Cronos está con los que quieren ser más que un peón que va de un dueño a otro. Quiere que la región tenga una identidad propia, una integración autoguiada, un sistema económico social diseñado para favorecer a la región y no a otros. Y para negociar con fuerza, se necesita negociar como bloque. Lo que podemos esperar en cuanto a integración y la UNASUR: La integración de América del Sur es indetenible, y al que no le parezca, ¡mal que le pese! Brasil, la potencia regional que tiene un 50% del PIB de la zona, está unido al BRICS. Rusia y sobretodo China, piensan al largo plazo. El gobierno de Temer es de ineptos, producto de un complot que solo miraba por su frente interno más que nada. Sin embargo, los dirigentes que lo llevaron a cabo no tienen hoy poder político y mucho menos apoyo popular, y deberán esperar a las elecciones. En ellas ganará alguien que tenga por lo menos cierto talento, sin importar la tendencia. A este nuevo gobernante, el resto del BRICS volverá a llamarlo, reincorporándolo a sus planes actuales y pidiéndole iniciativas. Brasil intentará empezar por poner orden en casa, acabando con la parálisis de UNASUR, que a fin de cuentas es un proyecto ideado y auspiciado por ellos. Aparte, si no quiere perder importancia ante China en la región, necesita acelerar la integración por medio0 de los organismos creados en UNASUR e intensificar las obras de infraestructura que le permitan llegar a los mercados del Pacífico y el Caribe. ¿Que Brasil está en crisis económica, que las negociaciones tardarán años? Sí. Pero como ya se escribió, el Tablero gusta del mediano plazo; lo que le interesa es que no hay alternativa. Es lo que sucederá. Argentina cambiará sus políticas económicas en las siguientes elecciones, gane quien gane, y se enfocará más a su mercado e industria interna. Con el peso devaluado, buscará mercados para sus productos de industria media y no los va a encontrar en europa (alta tecnología), ni en asia (producción en masa a bajo costo). De modo que intentará con el mercado regional, y para eso necesita de la integración regional, y de llevarse bien con países netamente importadores, como Venezuela y Bolivia. Argentina está de nuevo súper endeudado, y no va a conseguir ayuda ni del FMI ni de los fondos Buitres. Necesita del banco de desarrollo asiático, o incluso del Banco de los BRICS, y para eso necesita seguir políticas más del gusto de China y Rusia. "Oye pero eso suena a chantaje"; pues no, porque la deuda la tomó el gobierno de Macri, y nadie en Asia o los BRICS les va a obligar a nada, ni habrá un juicio que les obligue ni un bloqueo: Argentina simplemente pedirá ayuda a quien se ofrece a darla. Aunque de menos importancia económica, el autor mencionará a Perú. Normalmente es un bastión de la centro derecha, muy conservador y bien amarrado por sus propios medios de comunicación masivos, que los hacen ver una realidad distorcionada de la situación internacional. Pertenece al "Grupo de Lima", de los que paralizan la integración. Sin embargo, su presidente cayó este año, y el actual ejecutivo (representante de la oligarquía financiera y capitales extranjeros), está luchando con el congreso (dominado a su vez por grupos de poder corruptos, del partido del dictador Fujimori). No tienen tiempo para innovar nada en política exterior así que solo siguen con su cantaleta sobre Venezuela. Ambos grupos se dirigen a una debacle electoral, por lo que muy probablemente alguien un poco más fuera del sistema, un poco más independiente, consiga el gobierno en las siguientes elecciones. Si es inteligente, podrá ver que su esperanza para gobernar (el sol sigue devaluándose) no está en Estados Unidos , que está cerrando sus mercados, sino en Asia y el mercado regional. Y Perú estaría en una gran posición, de completarse el tren interoceánico, unido a la ya terminada carretera. Que por cierto, son obras auspiciadas por UNASUR.
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No debería ser sorpresa, y el Tablero de Cronos hasta había pronosticado cómo iría el gobierno de derechas argentino. ¡Y sin embargo...! Admite el autor que, al principio, pensó que el daño que haría Macri y la oligarquía argentina se verían limitados por tres causas principales: 1-No tenían pleno dominio del congreso (falsas esperanzas, hizo lo que quiso y consiguió mayoría congresional un tiempo después). 2-La población argentina está muy politizada y no dejaría pasar graves daños en el corto plazo. 3-Era casi seguro que el gobierno de la oligarquía no superara más de un período presidencial, lo que limitaba el daño que podría llegar a hacer. Resultó que el congreso no fue gran freno, y la mayoria de la población estaba muy esperanzada con Macri, apoyándole todas sus políticas. Pero pronto ocurrió un hecho que es tal vez la herramienta principal que cocinó esta crisis: el pago a los Fondos Buitres -una canallada, sépanlo, y aquí está un resumen del asunto en parte escrito por un premio Nóbel de economía-. Usó el gobierno las pocas reservas que tenía (que les había dejado el gobierno anterior) para pagarle a los Buitres, contando conque de esa manera podría volver a los mercados occidentales... y pedir prestado (que el gobierno anterior los dejó con baja deuda externa, ya sea por voluntad o porque le tenían cerrados los mercados). Y prestado pidió con verdadera hambre, supuestamente tomando medidas para reducir el déficit presupuestario, pero en realidad comiéndose las divisas en importaciones (mencionado por el Tablero acá). ¿Que la derecha tenía un plan? Tenía unos planes muy aéreos. Liberar al sector agropecuario para que exportara alimentos sin restricciones. Pedirle ayuda a EU a cambio de maldecir a Venezuela. Ver qué conseguía en Sao Paulo. Recortar presupuesto y pedir prestado hasta que mágicamente la economía se estabilizara. Tal vez esperaban la mano invisible del mercado, que obviamente no apareció. El sector agropecuario exportó y se embolsilló los dólares, preferiblemente sacándolos del país. La industria no recibió grandes inversiones, pues los del dinero preferían importar y dedicarse a mecanismos financieros (es la moda), y la población fue perdiendo poder de compra, dañando a la pequeña y mediana industria que no suelen sacar su dinero del país. Por supuesto Trump no ayudó, pues a su vez EU está recogiendo dinero, y cuando visitaron a Temer se dieron cuenta que allí no había nada que buscar. Finalmente se acabó el dinero y recurrieron al FMI. En ese momento perdieron todo su capital político, que era bastante. La población empezó a protestar con más fuerza y los medios a plantear dudas sobre el gobierno. Los de arriba saben lo que viene, y saben por qué se piden tantos miles de millones y por qué han tenido que ir a rogarle al Fondo que suelte el dinero de emergencia, antes de lo previsto. ¡Porque se lo llevan! El dinero entra y se va, lo pide el estado prestado, lo pasa al sector privado que lo exige y este lo saca en masa, pues teme que los días del gobierno estén contados, ocurra una gran devaluación o peor aun, un corral para los de arriba. Y no están solos, la población general también busca dólares, los que pueden, para defenderse; aunque son chilatas en comparación con las cantidades que está sacando la gran banca y sus amigos del país (tienen su gente dentro del gobierno, nada es sorpresa para ellos). ¿Qué dice el gobierno de Macri? Oh, que va a recortar más. Lo de siempre, y probablemente ya ni sea decisión suya sino exigencia del FMI, que receta siempre lo mismo para las naciones fuera del G7. Por ejemplo, ha eliminado siete ministerios, fusionando sus restos con otros sobrevivientes, y entre los eliminados están los ministerios de salud, y ciencia y tecnología. Lo que es sorprendente, porque siempre lo que hacen los gobiernos es darles o cumplirles el presupuesto, pero nunca admiten abiertamente que la salud no es una prioridad para ellos, y es justo lo que ha hecho Macri; tal cosa no la había visto el Tablero. ¿Qué sucederá en Argentina al corto plazo? Depende de cuanto dinero en efectivo les adelante el FMI de su préstamo de 50 mil millones. Al gobierno apenas le queda un año y ese préstamo debería alcanzarles para llegar al final, aunque luego Argentina entre en cesación de pagos otra vez. Pero, si no les sueltan el dinero para forzarlo a hacer más recortes (ya ha admitido Macri que como van no cumplirían las exigencias del Fondo), los 5000 millones de adelanto no le llegarán a enero, pues para diciembre hay grandes volúmenes de compra de dólares, aparte del que se está escapando. Si la tasa se dispara y supera los 50, la inflación saltará, y Macri podría verse, increíblemente, en el helicóptero. Un lamento personal del autor de la nota: De los múltiples proyectos diseñados y ejecutados en la "década dorada", había uno que si no era económicamente significativo al corto plazo, servía como símbolo de la capacidad intelectual y tecnológica de la región. Como símbolo, aclaro, porque ya se sabe que ciencia y tecnología es más que un proyecto. Pero este era un símbolo muy llamativo, que genera entusiasmo, que genera sueños juveniles, y es alta tecnología pura, que tienen muy pocos países. Al largo plazo además, puede generar mucho dinero e industrialización. Ese proyecto era el Tronador II. Un cohete pequeño, pero único en latinoamérica. Llegó a tener pruebas exitosas durante el gobierno argentino anterior, pero desde que entró el gobierno de derechas sospechó el Tablero que sería detenido. Y así ha sido. Se fue ralentizando... alargando el cronograma... y ya va a terminar el gobierno sin que se haya logrado más avances. Ahora no tienen ni siquiera Ministerio de Ciencias. El proyecto dormirá al menos hasta que vuelva a explotar la burbuja de la deuda. ¡Triste caso! |
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Octubre 2020
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