Para el año 2003, cuando George W. Bush sentenció que "con nosotros o contra nosotros", y afirmó que si la ONU no le daba carta blanca entonces era obsoleta, ya era muy obvia la necesidad de nuevos polos mundiales; porque el imperio no solo era irresponsable, sino incapaz de aglutinar a gran parte del mundo bajo su óptica. La idea creció desarrollándose de una muy multipolar manera, sin un líder único, aunque sí que hubo países de mayor peso que simbolizaron la idea, que avanzaron y avanzan más rápido. Rusia, heredera principal de la antigua URSS, decidió apoyar la formación de un nuevo grupo tratando de integrar a sus antiguos aliados soviéticos. No implementaban una idea comunista, sino de unión económica y algo de unión política. Es su Unión Euroasiática, aun expandible. China por mucho tiempo evitó anclarse a ningún grupo económico en específico. Aprendiendo de EU, enfocó sus esfuerzos en tratados bilaterales con otros países o grupos de países, muchas veces superponiendo tratado con tratado. Pero incluso ellos decidieron dar preferencia a uno: el ASEAN ampliado, digamos que un grupo del sudeste asiático, y decidieron dar el paso porque Estados Unidos estaba creando el TTP (hoy estancado), que los iba a dejar fuera. Siguiendo el ejemplo de China y Rusia, otros países grandes decidieron aliarse o formar sus propios bloques (de Brasil y UNASUR hablaremos en un momento). Finalmente las principales cabezas de todo el movimiento decidieron dar la cara y juntarse en el grupo BRICS. Los BRICS, más Estados Unidos y Alemania, son las cabezas del nuevo mundo multipolar. Los tres bloques económicos en américa del sur: En américa del sur los bloques económicos, y sus fracasos, no son cosa nueva. Pero dejemos el pasado un rato y enfoquémonos en el presente. El ALBA, de componente político económico, ha mostrado cohesión. Pero sus éxitos son ante todo políticos, debido a su poca fuerza económica y al comercio entre miembros relativamente bajo. Venezuela, principal economía del grupo, pasa por un mal momento económico y su capacidad de expansión se da más entre países centroamericanos y del caribe, siendo poco popular en suramérica. De todos modos es el grupo con más miembros (12), incluyendo a Bolivia, Ecuador y Venezuela. La Alianza del Pacífico es la más pequeña (4 miembros, con 3 interesados en entrar). El Tablero de Cronos la considera un grupo de países con interes económicos y políticos similares, no una UNIÓN. Lamentablemente su creación viene con un defecto de fábrica: el haber sido forzada por EU para que le sirviera de contrapeso al Mercosur. Sus puntos de unión son sus tratado de libre comercio con Estados Unidos (negociados todos por separado), pero el comercio entre miembros es tan bajo como los del ALBA (en porcentaje). Compiten entre ellos por el mercado estadounidense y chino; tienen esperanza de aumentar su comercio con el este de asia. En general no toman desiciones geopolíticas y hasta ahora se han conformado con proteger su sistema económico muy favorable al mercado privado. El gigante del grupo es México, que representa más de la mitad de su PIB, pero no tiene ninguna ambición geopolítica con el grupo y prefiere enfocarse en sus problemas y dependencia creciente con el imperio. El Mercosur es el bloque más antiguo de los tres, y el que mueve más recursos. Su comercio interno es mayor que el de los otros dos bloques, y su PIB es más del 80% del suramericano. A él pertenece el gigante de la zona y miembro del BRICS, Brasil. También pertenecen a él más del 70% de la población suramericana. ... y a pesar de eso es el grupo más estancado y dividido. Mercosur como brazo económico de UNASUR:
El plan era lógico. Mercosur era mucho más dinámica que la CAN, y muchísimo más grande económicamente. No existían ni el ALBA ni AP. Brasil era el principal financiador de obras de infraestructura proyectadas por el nuevo bloque político. Estando toda la región en auge durante la década 2000-2010, Brasil tuvo un especial crecimiento que le permitió codearse con los principales protagonistas de la geopolítica mundial, y eso le permitió mercadear su bloque como el brazo económico del nuevo polo suramérica. Y los países del BRICS lo dieron por hecho. UNASUR sería uno de los nuevos protagonistas tanto políticos como económicos del nuevo mundo multipolar (no puede ser polo si no incluye ambas vertientes). ¿Por qué no, si Venezuela acababa de ingresar y Bolivia estaba en proceso? Ecuador simpatizaba, atraida por sus aliados del ALBA, y eso le daría salida al Pácífico. Brasil tenía un especial interés en Perú, con algunos proyectos bioceánicos conjuntos. Y lo más importante, que la mayoría de gobiernos estaba de acuerdo con los planes. La división: En un primer momento no se vio a la Alianza del Pacífico como verdadera competencia hacia la integración, pues nadie ignoraba para qué había sido creada y cómo funcionaba. Era simplemente una traba impuesta por EU, cuyos miembros pronto aceptarían una unión regional integral del tipo Mercosur. Pero la crisis económica mundial golpeó con fuerza a la región. Eso ocasionó que las debilidades de todos los países salieran a la luz, en especial en Brasil. Porque Brasil movió enormes cantidades de efectivo, tanto interna como externamente y la corrupción fue rampante. Los enemigos políticos de la tendencia gobernante tomaron el poder en varios sitios, y no siempre por vía del voto. Argentina, segunda conomía del bloque, decidió cambiar por un candidato de derechas. Brasil, primera economía, fue peor: una triquiñuela jurídica sin base real sirvió para deponer a su presidenta y cambiarlo por el derechista Temer, sin elecciones. Temer era el vicepresidente de Dilma, a la que abandonó uniéndose al presidente de la cámara de diputados y de senadores en el complot. Los tres están siendo enjuiciados e investigados por hechos de corrupción, y los dos presidentes del congreso están bajo juicio y han sido depuestos de sus cargos. Y la lista de corruptos es enorme, tanto en el sector público como el privado. Los nuevos gobernantes, nueva hegemonía regional, vinieron con planes muy distintos a los que primaron en la década pasada. Vienen enfocados al comercio y la ganancia, sin importar de dónde provenga. No parecen creer en UNASUR como polo y prefieren ir por su cuenta, asegurando que las ganancias son mayores negociando individualmente que usando un grupo donde nadie respetaba totalmente las reglas y la política tenía más peso que el mercado. Paraguay, que venía de un golpe de estado, se les unió para tratar de tapar y eliminar la influencia del miembro más nuevo, y más comprometido con la idea de formar un polo que quedaba: Venezuela. Hace pocos días hicieron su jugada, que no tiene el menor sentido: ni uno solo de los países miembros cumple todo el reglamento del bloque; todo fue un asunto de retaliación política. Y aparte, ¡pone a Mercosur en manos de Venezuela! ¿¡Eh?! Así como se lee. Si Venezuela quisiera, podría salir del bloque sin sufrir. Es un país netamente importador, un mercado de 30 millones cuya balanza comrcial era bastante negativa con respecto al bloque. Si saliera, y en las siguientes elecciones hubiera cambio de gobierno y tendencia, este nuevo gobierno no volvería al Mercosur sino que entraría a la Alianza del Pacífico, que lo recibiría con los brazos abiertos por petición de EU. Y Bolivia, que preparaba su entrada, suspendería el proceso al ser un gran aliado venezolano y su tendencia actual. Mercosur volvería a sus cuatro originales, y la Alianza pasaría a cinco mientras tanto. También se pierde el acceso directo al caribe, y la influencia política que Venezuela aportaba por el grupo ALBA, que son bastante voto menudo en los organismos internacionales. El Tablero de Cronos se niega a creer que los grupos de Macri o Temer ignoraran tales cosas. Lo que significa que no les importa correr el riesgo, o les importa poco. Dentro de sus gobiernos ya hay quien sugiere desmantelar Mercosur y unirse a la Alianza. Pero la Alianza no sirve para la integración geopolítica, ni es reconocida por los BRICS como tal. Como remate, Estados Unidos sí la apoya precisamente porque no incluye ideas de independencia política o polos regionales. Venezuela, con política exterior más madura (por más que su economía hoy sea un desastre), ha decidido seguir en el bloque y pelear su suspensión. Pero incluso si se la levantaran la desconfianza está plantada y no habrá coordinación alguna que ayude a avanzar en la integración regional. El Banco del Sur se aleja en el tiempo. UNASUR... vegetará. Al menos hasta que haya más claridad política.
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Octubre 2020
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