Otras veces bajamos la nota a los exaltados, que pronostican guerras y revoluciones cada dos por tres. Esta vez no. La guerra comercial es cierta y es grande. Lo que no es seguro es hablar de dos bandos, porque realmente es Estados Unidos contra todo lo que amenace su hegemonía. Y se puede protestar: "Tablero, pero si eso lo ha hecho toda la vida". Acertadísimo; pero es que el mundo no es como toda la vida, ni siquiera como era hace 30 años. Al término de la segunda guerra mundial, cuando Estados Unidos quedó como principal potencia económica y militar, llegó a representar casi el 30% del PIB mundial -no nos meteremos en las causas ahora-, pero hoy en día ha caído a cerca del 18%, con China justo detrás, y todas las proyecciones apuntan a que será superado en la siguiente década. Eso... también lo hemos mencionado antes y sale mucho en los medios. Pero entonces, ¿cómo es que sigue siendo tan poderosos e impone su control sobre el resto del mundo, si de verdad ya su PIB no es lo que era? Dejando de lado su poder militar, eso es debido a que aún no ha perdido la supremacía en poder de consumo. Sigue siendo el mayor mercado consumidor mundial (súper endeudado), y debido al petrodólar, es allí a dónde se dirige el consumo final, sin importar las vueltas que den los billetes mientras tanto. Lo que es diferente: Durante décadas, Estados Unidos ha podido dominar cualquier rebelión individual incluso sin tener que recurrir a la fuerza. La fuerza a veces es inconveniente, o no vale la pena usarla. ¿Para qué consumir capital político en un bombardeo, si con sanciones económicas puede destruir la economía de un oponente sin problemas? Un bombardeo es llamativo, en cambio una mala situación económica se le puede achacar al propio país que lo sufre, y aparecerá quien se lo crea. Puede hacer estas cosas porque el mercado de sus oponentes siempre ha sido una fracción muy pequeña del suyo, por lo que puede asumir el costo sin mucho sufrimiento. Es el caso de Cuba por ejemplo, que ha estado bajo bloqueo económico casi 70 años, donde EU está de risitas pero Cuba no puede ni tener una cuenta bancaria normal, porque los bancos, tanto estadounidenses como extranjeros, prefieren no comerciar con Cuba para no recibir multas o ser sacados del mercado estadounidense. También sucede igual con Irán o Venezuela, que por orden imperial no pueden acceder al sistema financiero de EU. Y con eso, al de occidente, pues ningún banco quiere ser sacado del mercado estadounidense, el mayor del mundo, por hacer negocios con mercados mucho más pequeños. Por supuesto, esos bloqueos son ilegales por extraterritoriales, pero nadie tiene manera alguna de obligar a Estados Unidos a cumplir la ley internacional. Sin embargo este tipo de sanciones unilaterales se han ido acumulando, y con mercados no tan pequeños, como el ruso. Esto empezó a hacer daño, no tan graves para EU, pero sí significativos para sus aliados, como países de la OTAN. Al obligar a renunciar al mercado ruso, mucha producción agrícola europea quedó en el aire en busca de mercados, dando posibilidad a la entrada de competidores que ya no se irán tan fácil incluso si quitaran las sanciones. Igualmente con el petróleo y gas iraní, al que compañías europeas tenían acceso antes, y estaban recuperando su acceso ahora, para ser nuevamente reprimidas e impedírseles invertir y hacer negocios. No solo los rusos y chinos controlan ahora buena parte de esa producción, sino que Europa casi no controla ninguna. La península arábiga está en poder de Estados Unidos y China, al igual que África. Pensaban apoderarse del petróleo libio, pero sigue completamente desestabilizado ese país. Estados Unidos tiene su esquisto, pero Europa, nada. Tanto es así que Alemania prefirió aguantarse la presión imperial a renunciar a un gasoducto directo desde Rusia. Con Venezuela obedecen a Estados Unidos, solo para pasar pena y vergüenza política cuando se ven burlados, y encima se ganan la cólera de buena parte de sus poblaciones. Esta situación ha ido generando malestar entre sus aliados, que ven como salen perdiendo tanto en su economía doméstica como en su incidencia en la geopolítica mundial. Y el propio Estados Unidos siente la presión de sus distintos bloqueos, pues sus competidores, especialmente China, sí pueden aprovechar al máximo todo el mercado mundial. El caso de China: A China no es posible ponerle un bloqueo. Es un mercado demasiado grande. Desde hace años Estados Unidos intenta por varios medios detener el crecimiento chino, incluso apelando a la desestabilización terrorista en los países fronterizos, para bloquear el mayor tiempo posible las nuevas rutas de comercio llamadas Nueva Ruta de la Seda (o "De la franja y la ruta"). Nada ha dado suficiente resultado para impedir que China siga aumentando su participación en el PIB mundial, y peor aún, la subida del poder de compra del ciudadano chino promedio. Ya no es un país de mano de obra barata, donde ganan centavos. Su población se acerca a la clase media de cualquier país de América del sur. ¿Que eso no es mucho? Será, pero son mil millones que hace 25 años eran muy pobres. Entonces el presidente Donald Trump decidió agarrar el toro por los cuernos e imponer aranceles e impuestos a las importaciones chinas. No le es posible bloquear al gigante asiático porque el golpe a la economía sería devastador, pero piensan que sí pueden hacer daños puntuales limitados, dirigidos a industrias estratégicas, para ralentizarlos y obligarles a hacer concesiones comerciales importantes. Sobretodo, les urge detener el desarrollo mundial de la infraestructura del 5G con tecnología China, representado por Huawei. Habíamos mencionado ese caso antes en el Tablero de Cronos, aquí. Hoy en día no hay tecnología más intrusiva y omnipresente que internet, y los periféricos que permiten acceso a internet. El que sea tecnología de China la que domine acostumbrará al consumidor de las zonas de influencia imperial, que siempre han escuchado hablar mal de los productos chinos, a los productos chinos. ¡Y no dude nadie!, que con esos productos llega también la cultura china, el modo de hacer las cosas chino, y finalmente, la impresión de que China es la nueva hegemonía que "hace las cosas". Es el acta de defunción del imperio estadounidense. Por tanto llegan las patadas de ahogado, y seguirán llegando, quien sabe si con más virulencia todavía, porque hasta el último segundo EU luchará por mantener el control del mundo. De ahí surgen decisiones como la de Google, de bloquear su mundialmente popular sistema operativo Android y otros programas a Huawei, o la más peligrosa disposición de Qualcomm sobre no venderle sus microprocesadores, donde son líderes indiscutibles del mercado Del por qué Estados Unidos perderá la guerra comercial: Atención, que el Tablero de Cronos hablará del futuro inmediato, y por tanto nadie tiene por qué creerle. El imperio llegó demasiado lejos con las sanciones, en un momento de gran debilidad económica. Se ha autoexcluido de muchos mercados que ya no son tan pequeños como antes. Y en cada mercado que abandona, al toque llegan inversiones chinas, rusas o hasta iraníes. Solo en América, lo que ellos llaman despectivamente su patio trasero, hay tres países sancionados (Venezuela, Cuba y Nicaragua), lo que representa casi 45 millones de consumidores. Irán son otros 80 millones, Rusia 140 milloncitos, y ahora van con el mercado chino limitado. Hay más países todavía, en Asia, África, y hasta en europa. Sus aliados europeos abiertamente lo desobedecen en cuanto al 5G. Saben que la tecnología asiática es mejor, que es importantísimo no perderse las ventajas competitivas que conlleva, así que soportan la furia de Washington (de hecho, mientras más virulento es el bloqueo y la propaganda contra el 5G de Huawei, más importante debe ser la ventaja tecnológica de este último sobre sus rivales). Colaboran con Irán para saltarse las sanciones contra su petróleo y de ninguna manera rechazan el mercado chino. Esta rebelión no hará que los europeos recuperen hegemonía, pero al menos esperan estabilizarse y no seguir cayendo. En cuanto a bloquear tecnologías occidentales para estrangular el desarrollo de equipos electrónicos chinos, es demasiado tarde para ello. China está trabajando con empeño en su proyecto "Made in China 2025", y le ha ido bien. Empieza a producir sus propios procesadores de avanzada, sistemas operativos, inteligencia artificial y redes virtuales. Su mercado interno no ha subido tanto como quisieran, pero sí lo suficiente para aguantar el choque de EU. Además está el mercado del resto de Asia, hoy el más grande del mundo. Y como ya explicamos, el mercado occidental está dividido, con el núcleo de la OTAN que no renuncia a China (aunque sí a los demás países sancionados), África firmemente a favor de las inversiones chinas, y américa latina dependiente total de los productos baratos que llegan de Asia. Rusia está firme vendiendo armas en todo sitio donde no venda EU, junto a su petróleo, que se lo toman hasta sin azúcar en la bolsa de Frankfurt; y la influencia de Irán en medio oriente ha llegado hasta Catar, país con gran necesidad de importaciones y mucho efectivo. Estados Unidos, el más grande consumidor aún, simplemente no logrará causar suficiente daño a los mercados rivales -y mercados mundiales- como para ganar la guerra. Y mientras más tiempo mantenga las sanciones, más dilapidadas quedarán sus reservas y más mercados perderá. Si los productos estadounidenses representaran una buena ventaja competitiva, todavía podría aguantar años e imponerse, pero no es el caso. Salvo el dólar, ya nada de lo producido en EU es absolutamente esencial, y en cambio, la infraestructura del 5G y la producción barata de Asia sí lo son para la gran mayoría de países, que tienen poco poder adquisitivo. En cuanto al petrodólar, igual: mientras más países sancionados, más países que intentarán y encontrarán alternativas para el dólar; mientras más tiempo tengan para usar alternativas, más poder perderá el dólar. No le queda mucho tiempo... Y eso sin contar con que en la mayoría de países fuera de la zona imperial, políticamente es favorable mostrarse opuestos o firmes contra el imperio, por abusadores que han sido en su historia. Todavía podría EU usar, una vez más, la carta de la guerra. Ese es otro tema, pero adelanto que no puede atacar a sus principales adversarios. Rusia, porque tiene moneda de sobra para devolverle. Y China por ser un suicidio económico. Por eso apunta a Irán y Venezuela, pero son mercados más pequeños que no le resolverán su problema.
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Octubre 2020
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