Hay quien habla de tercera guerra mundial. El Tablero de Cronos se opone tajantemente al uso de ese término para lo que ocurre en estos días. Resulta demasiado injusto para las naciones que están sufriendo sus efectos. En las guerras mundiales pasadas la lucha se libró entre países con fuerzas militares, económicas y sociales similares, que podían plantar combate. El resultado fue desastroso, como ya se sabe, y entre las enseñanzas que dejó está la idea de que no debe hacerse la guerra con alguien que puede regresar el golpe. Solo se atacará países indefensos o muy débiles. El autor no considera eso guerra, sino abuso. Pero de alguna manera tenemos que llamarle, a este gran movimiento militar que incluye territorio y países tan numerosos como aquellos de la primera guerra mundial. Por cierto que la primera fue en realidad regional, si nos quedamos en el aspecto militar. Igual a esta nueva, que es regional; solo que en ambas las consecuencias político económico sociales son de alcance global. Aquí estamos hoy: A principios de año comentamos esto. Tomamos ese pie y actualicemos: Libia sigue igual de descompuesto, con el gobierno de la OTAN inoperante, y un gobierno en alianza con un grupo extremista dominando la capital Trípoli. Al sur es tierra de nadie y el petróleo no logra despegar su producción. Europa, que era de las más interesadas en controlar el petróleo libio, ha decidido dejar que el tiempo solucione el asunto de gobernabilidad y dedicarse a impedir como pueda la ola de refugiados africanos. Y silenciar en la medida de lo posible los problemas allí. En Siria el gobierno sigue dominando con apoyo ruso. Los de la OTAN y aliados están desesperados por detener la caída de Alepo en manos del ejército sirio y hablan de sanciones; no les hacen mucho caso y parece que la ciudad estará tomada antes de navidad. Igual situación hay en todos los frentes al occidente del país y DAESH ha perdido mucho poder tanto en Siria como en Irak. Turquía ha dado más vueltas que un trompo. Erdogan se enojó con EU por dar visto bueno al golpe de estado en su contra (que fracasó) y fue a llorarle a Rusia. Ya les aprobó nuevamente el "Turkishstream", un gasoducto que pasaría por Turquía en ruta a europa, y además lo han convencido para que cambie su postura con respecto a Siria. De modo que ahora acepta una posible victoria de Assad y deja de apoyar directamente a los extremistas sirios. El gobierno iraquí, cercano a Irán, se fortalece y se lanza a reconquistar su territorio ocupado por DAESH. Ya tiene ejército, entrenado en gran parte por asesores iraníes. En Yemen, sigue el fiasco del ejército de Arabia Saudita, que intenta implantar una leyenda a la incapacidad; tanto que Estados Unidos tuvo que argumentar ser atacado para destruir unos cuantos radares costeros yemeníes, luego de que estos destruyeran un moderno navío de transporte de tropas saudí, lo que implica una escalada que podría terminar en la entrada oficial de EU a ese conflicto. ¿Son comparables realmente? Los resultados de la Primera Guerra Mundial, 100 años después, están aceptablemente estudiados y podemos citar algunos: caída y desmembramiento de varias monarquías europeas, desmembramiento del imperio turco y posterior ocupación de la zona por potencias europeas, subida de un tipo de socialismo en Rusia y luchas sociales en el resto de europa, posterior desarrollo del fascismo, acorralamiento de la industria alemana (la mayor europea ya en aquel tiempo), entrada de la industria y banca estadounidense con presión a Inglaterra para que liberara el mercado de materias primas de sus colonias, y un gran esfuerzo de los vencedores por mantener su posición. De esta actual masiva incursión y destrucción regional aun no podemos decir nada con certeza en cuanto a su resultado. Incluso teniendo buena idea de las intenciones individuales de los principales participantes, resulta demasiado presuntuoso afirmar nada al mediano o largo plazo. La planes nunca sobreviven al contacto prolongado de la sociedad, porque el control no es absoluto... todavía. De todos modos tenemos cabeza, y así como unos planean la acción, otros podemos intentar descubrir lo que viene, siempre teniendo en cuenta que es hipótesis. Y es necesario intentarlo, para evitar los efectos perniciosos que pudiera tener o aprovechar sus ventajas. Lo que normalmente ha sucedido en estas operaciones coincide con el plan original que anunció George Bush hijo: después de la ocupación (destrucción) iraquí, viene la etapa de reconstrucción. Traducido en que compañías estadounidenses se instalan en el país, ganan el maso de dinero instalando infraestructuras, y aseguran que su tecnología y logística sea necesaria en el futuro. No solo controlarían militarmente sino economicamente también, y con suerte y tiempo, también la cultura. Y eso por mucho tiempo, si la destrucción es tal que acaba con el sistema de educación superior y similares del país, como es el caso en toda la zona. Pero no ha resultado. Otan y similares no lograron estabilizar lo suficiente países que destruyeron, como Libia, de modo que los mismos extremistas apoyados impidieron en gran media la penetración subsiguiente de la economía. ¡Todavía podría ocurrir!, pero por ahora, están limitados. En Irak sí estabilizaron más porque ocuparon directamente, sin embargo Irán ha logrado limitar la dependencia, al convertirse en una opción para el suministro de bienes, dinero y tecnología. Culturalmente además, occidente ha producido mucho odio en la zona. Siria está destruida físicamente, pero los rusos e iraníes garantizan su independencia de las potencias occidentales. Sin embargo el daño económico e industrial está hecho. No importa lo que hagan, su mercado de bienes tecnológicos estará cautivo de dos grandes suplidores, pues es algo que ninguno de los países de la zona es capaz de suplir (ni Irán, Egipto, Turquía, Arabia Saudita o Pakistán entre otros): China y occidente competirán en el futuro cercano fieramente por los mercados de oriente medio. Y en opinión del autor de esta nota, China tiene la ventaja. Al no haber conseguido consolidar su posición en los países deshechos, estos quedan con la opción de usar a China o el bloque de eurasia (Rusia el más destacado de estos). Teniendo en cuenta la desconfianza general de su población, es casi seguro que China campeará... siempre que logre llegar hasta ahi. Su proyecto de la Nueva Ruta de la Seda va, pero necesita la estabilidad de por lo menos Irak. Para la soberanía de toda a zona de medio oriente, lo ideal es que las monarquías árabes pagaran la reconstrucción con su poder financiero, asesorados y apoyados por la técnica e industria iraní o turca. Pero no ocurrirá. Las monarquías son demasiado atrasadas para diseñar un bloque regional que funcione. La esperanza en ese aspecto reside en la tripleta Irán Irak Siria (destruidos o afectados), al que podría unirse Turquía. O sea que de hacerse, tomaría mucho tiempo. Una lástima, pues el Tablero de Cronos cree que es la mejor opción. ¿Y suramérica? Según parece, Erdogan, presidente errático de Turquía, fue convencido por Putin de que viniera a la región, específicamente a Venezuela. A charlar. Como el tipo cambia de palabra como de camisa, mejor esperar a que llegue realmente. Veamos que dice.
Recordemos que ya Irán se pasó por la zona hace poquito. ¡Quién sabe y podamos meter basa en ese juego (por más que hoy día nuestra zona esté bastante paralizada)!
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Octubre 2020
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